Robó un auto para trasladarse
Hacia las soledades vivientes
Sentirse, muy cerca de eso
Era su sueño más ardiente
Aprovechando el apagón
De la ciudad capital
Y renunciando a las amargas sales
Para nunca, para nunca volver
Jamás se estacionó en su suerte
Por eso no lograron detenerlo
Ni las autoridades camineras
Ni los mecánicos desperfectos
Solo el cielo de la pampa lo vio
Como un rayo cruzar el desierto
Y a una simple joven sin planes
De un pequeño gran infierno arrancar
Condujeron sus propios destinos
Por el sendero que el mundo esquivó
Y pudieron sentirse su estado
Su patrón, su íntimo Dios
No pudo doblegarlos el invierno
Con el azote de sus vientos
Mientras refugio levantaban
En las vivas paredes de un cerro
El amor hijos les dio al nacer
Y al Dios vivo agradecieron
El no permanecer prisioneros
Del urbano acostumbramiento
Condujeron sus propios destinos
Por el sendero que el mundo esquivó
Y pudieron sentirse su estado
Su patrón, su íntimo Dios